urante al menos cinco años, el presidente Javier Milei afrontó una moratoria que significaba casi la mitad de su salario de entonces. Ocurrió después de que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) registró cuestionamientos por facturas que había emitido como economista. Sospechaba que había emitido facturas falsas, según reconstruyó LA NACION en base a documentación fiscal y contable, y los testimonios de cinco fuentes al tanto de su situación tributaria y laboral consultadas por separado durante los últimos 12 meses.
Los inconvenientes tributarios de Milei se registraron a partir de 2015; es decir, en los años previos a su lanzamiento a la política profesional, y se extendieron hasta mediados de 2020, cuando ya era una figura pública que evaluaba candidatearse a diputado nacional. Contrató abogados y regularizó su situación con la AFIP para evitar problemas mayores. Entre ellos, un reclamo que terminara en el Tribunal Fiscal de la Nación (TFN) o, incluso, en la Justicia.
El monto mensual de la moratoria a la que se acogió Milei refleja la situación. Abonó cerca de $50.000 por mes –unos 3600 dólares al tipo de cambio oficial de fines de 2015-, según dos allegados a los que el libertario expuso su situación, que definió como “complicada”. En aquellos momentos, sus ingresos netos en Corporación América, el holding que lidera Eduardo Eurnekián, rondaban los 110.000 pesos por mes.
Consultado por LA NACION, el vocero presidencial Manuel Adorni pidió tiempo para preguntarle al Presidente sobre las consultas específicas remitidas por escrito. Indicó que debían “ubicar al contador [y] esperar que responda”, porque se trata de “cosas de hace 15 años”. Luego indicó que “estaba detrás” de las respuestas, pero al cierre de esta nota no dio una respuesta a los mensajes enviados, repetidas veces, por WhatsApp.
Los cuestionamientos se centraron, según reconstruyó LA NACION, en las facturas que emitió como profesional mientras también se desempeñaba como “economista jefe” de la Fundación Acordar, la usina de ideas que montó el actual jefe de Gabinete, Guillermo Francos, para aportarle propuestas de políticas públicas al entonces gobernador bonaerense y actual secretario de Turismo, Ambiente y Deportes nacional, Daniel Scioli.
Las facturas señaladas son al menos 25, que Milei emitió de manera casi correlativa y en formato papel –no electrónicas– a favor de Provincia Seguros. Van de la factura 0164 en enero de 2014 a la factura 194 en octubre de 2015, mes en que se celebró la primera vuelta electoral de aquel año por la Presidencia. Las emitió para cobrar servicios de “consultoría”, “gastos”, “estudios complementarios” y “otros honorarios por trabajos pedidos”, según consta en las copias de esas facturas que obtuvo LA NACION.
En los archivos y biblioratos de Provincia Seguros no quedan constancias de los presuntos trabajos de “consultoría” de Milei, ni de ningún otro tipo de contraprestación de servicios o bienes del actual Presidente. Tampoco hay constancias de que alguna vez haya ingresado a la única sede de la compañía, en la calle Carlos Pellegrini número 71 de la ciudad de Buenos Aires, según reconstruyó LA NACION.
El monto total
El monto global de esas 25 facturas casi correlativas ascendió a $601.000, que actualizado por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) a principios de agosto de este año rondaría los $71,9 millones, monto que Milei habría recibido en momentos en que su trabajo para la Fundación Acordar era ad honorem, según él mismo dijo en varias ocasiones, y afrontaba dificultades para cubrir sus necesidades básicas, hasta el punto de haber optado entre alimentarse bien él o su perro, Conan, según él detalló en entrevistas televisivas anteriores a su asunción presidencial.
Esas no fueron todas las facturas que emitió a favor de Provincia Seguros. Durante 2012 emitió otras por un total de $32.480, monto que actualizado por el IPC equivale a $7,4 millones de principios de agosto de este año; y durante 2013 emitió más facturas por un total de $224.040, que actualizado por el mismo índice equivale a $43,1 millones.
Así, entre 2012 y 2015, Milei emitió facturas a favor de Provincia Seguros –una empresa que integraba el holding Grupo Provincia– por un total actualizado a agosto de este año por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 120.383.868 pesos.
Las órdenes de pago para cada una de esas facturas de papel pasaron por las manos de varios ejecutivos de Provincia Seguros. Entre ellos, el entonces gerente de Administración de la compañía, Fernando Arana –de máxima confianza de Nicolás Scioli–, el entonces subgerente general, Pablo Asef, y el presidente mismo de Provincia Seguros, Alberto Haure.
Una vez autorizados, los pagos se concretaron por dos vías: cheque a nombre de Milei o transferencia electrónica a una cuenta bancaria del entonces economista jefe de la Fundación Acordar en el Banco Supervielle, según cotejó LA NACION.
En Provincia Seguros, mientras tanto, la derrota de Scioli en las elecciones de 2015 y la asunción de María Eugenia Vidal como gobernadora bonaerense golpeó fuerte. Carlos Guevara asumió al frente de la compañía, nueve de los 10 gerentes fueron removidos y se constató que cerca de 350 personas emitían facturas cada mes sin que existieran constancias de que trabajaran o brindaran contraprestaciones por esos pagos, según relataron por separado dos veteranos de alto nivel dentro de Provincia Seguros a LA NACION.
Facturas y el Grupo Banco Provincia
Según indicaron dos fuentes consultadas, uno de los cuestionamientos de la AFIP se habría centrado en las facturas de papel que emitió Milei después de entrar en vigencia la obligación de consignar en cada factura el “código de autorización de impresión” (CAI), con posterioridad al 1 de noviembre de 2014. Es decir, las que emitió a Provincia Seguros en simultáneo con el lanzamiento y desarrollo de la campaña presidencial de Scioli.
Una figura clave dentro de Provincia Seguros durante los años en que Milei emitió las facturas aludidas fue Ricardo Martínez Peñoñori, quien también integró Provincia NET por aquellos años y presidió una tercera empresa del holding, Provincia Leasing, en tanto que hoy ocupa el cargo de director independiente en Provincia ART.
Licenciado en Administración de Empresas y con más de 20 años en posiciones de conducción de empresas nacionales (privadas y de capital mixto), Martínez Peñoñori mantiene vínculos estrechos con Francos desde hace años; en particular, desde los tiempos en que compartieron vivencias, también, en los pasillos del Grupo Banco Provincia.
En ese contexto, según confirmaron tres de las fuentes consultadas, Martínez Peñoñori fue uno de los enlaces entre el Grupo Banco Provincia y la Fundación Acordar. También habría sido uno de los responsables de canalizar las facturas del economista jefe de la Fundación Acordar que quedaron luego bajo la lupa de los sabuesos de la AFIP.
(LA NACION procuró consultar a Martínez Peñoñori durante los últimos meses, pero no respondió los múltiples mensajes enviados por WhatsApp a su teléfono celular).
Giro sustancial
Por aquellos años, Milei criticaba ya en duros términos el déficit fiscal como referente de la Fundación Acordar y ya tenía a los keynesianos como enemigos. Todavía no había incorporado las diatribas contra la “casta política”.
La Fundación Acordar para Crecer con Equidad –tal su nombre completo– abrió sus puertas entre fines de 2012 y principios de 2013. La impulsó Francos, un veterano de la política que había militado con Francisco Manrique y Domingo Cavallo, y que al término del gobierno de Carlos Menem recaló en Corporación América, donde conoció a Milei. Recién en 2007, junto a Scioli volvió a la función pública como presidente del Banco Provincia.
De la mano de Francos, Milei sintió que su vida registró un giro sustancial. “La oportunidad de conocer al doctor Guillermo Francos fue una de las mejores cosas que me pasó en la vida”, escribió en “Lecturas de Economía en tiempos del kirchnerismo”, el libro que sacó en 2014. “No sólo me rescató como macroeconomista al confiarme el lugar de Economista Jefe de la Fundación Acordar, sino que además me permitió conocer a Domingo Cavallo, el Padre de la Convertibilidad”, remarcó con mayúsculas para destacar su propio rol y el del exsuperministro de Menem y Fernando de la Rúa.
La Fundación Acordar fijó domicilio en la calle Reconquista 629, piso 1, departamento 2, de la ciudad de Buenos Aires. Desde allí, la usina se convirtió pronto en un insumo de ideas e iniciativas para Scioli, que mantuvo reuniones con sus expertos –entre ellos, Milei–, aunque el candidato presidencial delegó las gestiones cotidianas en su hermano, José “Pepe” Scioli.
A esas reuniones con alguno de los hermanos Scioli acudía Francos. También, Ricardo Martínez Peñoñori y Lisandro Catalán, quien en 2020 asumiría al frente del Registro Nacional de Reincidencia durante la presidencia de Alberto Fernández y, ya con Milei en la Casa Rosada, se convirtió en el número dos de Francos en el Ministerio del Interior.
Dentro de la Fundación Acordar, Milei conformó una “mesa económica” con algunos colaboradores y allegados. Entre ellos, Federico Ferrelli Mazza y Hernán García, quien quedó a cargo del área fiscal. Juntos se abocaron a desarrollar análisis de la coyuntura, evaluar la macroeconomía, tirarle ideas a “Pepe” Scioli y, en ocasiones, participar en charlas lideradas por Cavallo o por el también economista Juan Carlos de Pablo.
De aquellos años queda, también, la edición de “Política económica contrarreloj” que Milei publicó en coautoría con Ferrelli Mazza y Diego Giacomini, su amigo más cercano por aquellos años, aunque luego se distanciaron. En la tapa del libro figura el auspicio de la fundación. Por entonces, también, los inspectores de la AFIP tocaron a la puerta del libertario.
Fuente: La Nación