“Rumbos es una empresa que hace la ‘Prensa Obrera’, ha hecho libros, los cursos ‘En defensa del marxismo’, es una empresa totalmente reconocida. La factura no es ilegal, está la factura y está el producto. Basta de decir pavadas. Todo está absolutamente rendido en las cuentas. ¿Vos te crees que te dan plata y no te van a controlar? Eso no existe”, había afirmado con énfasis el líder del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, el pasado 5 de junio en “Somos Buenos” por TN cuando intentaba defenderse del escándalo por las facturas truchas del Potenciar Trabajo.
Con esa enérgica defensa, el dirigente piquetero buscaba desmentir que la empresa Ediciones e Impresiones Rumbos S.R.L de la que el Polo Obrero se valió de facturas para justificar parte de los millones que recibió como unidad de gestión del Potenciar Trabajo fuese apócrifa. La Justicia ya consideraba que esos comprobantes presentados por la organización de Belliboni eran fraudulentos, pero ahora confirmó a través de una notificación que le envió la AFIP que la empresa es considerada trucha desde el 1 de octubre de 2021.
“Se asentó falsamente la compra de productos para justificar los desembolsos realizados”, aseguró el juez federal Sebastián Casanallo en el procesamiento contra Belliboni y otros dirigentes piqueteros a finales de julio pasado. La Justicia determinó que el Polo Obrero -y la Cooperativa El Resplandor Limitado- desviaron $31 millones de los fondos del Potenciar Trabajo a la imprenta Rumbos, que es una empresa muy ligada al PO: fue fundada en 2017 por Christian “El Colo” Rath, un exdirigente del partido que murió en 2018, y Roberto Adrián Albornoz, otro de los integrantes de la organización involucrados en la maniobra.
Belliboni fue procesado por administración fraudulenta contra el Estado Nacional.
Ahora la Justicia sumó un nuevo elemento: a las sospechas de facturas truchas, se agrega que la AFIP informó que Rumbos entró al registro de firmas apócrifas en el décimo mes de 2021. A los investigadores les llamó la atención varios detalles de los recibos presentados: desde que muchas son por números redondos, algo extraño si se tiene en cuenta que al facturar el IVA la cifra final suele quedar impar como que la imprenta Rumbos emitió 25 facturas en un solo día, todas por el mismo valor aunque por conceptos diferentes. Es decir, costaba lo mismo la impresión de papel que un kit de seguridad.
Confirman como trucha a otra empresa que el Polo Obrero usó para justificar gastos del Potenciar Trabajo
Para la Justicia, Rumbos se usó para “simular gastos computados al programa”, entre estos la supuesta compra de bienes como materiales, indumentaria o insumos, además de maquinaria. Los investigadores determinaron que la maniobra tenía como objetivo “ocultar, de tal modo, el desvío” de dinero. Es más, en el procesamiento el juez Casanello aclaró que la AFIP aún no había confirmado su condición de apócrifa, lo que ocurrió en estos días.
Incluso se detectaron facturas por “transporte de mercadería”, algo que no consta entre las actividades que supuestamente realizaba la imprenta Rumbos, que tiene domicilio fiscal en Bartolomé Mitre 2162, que es en rigor la sede oficial del Partido Obrero.
Una de las facturas de Rumbos a las que tuvo acceso TN, con fecha noviembre de 2021, detalla un pago por un total de $400.000 en concepto de “impresiones varias”. Lleva las firmas de Eduardo Belliboni, líder del Polo Obrero, y Mariano Centanni, tesorero de la organización.
Según el procesamiento de Casanello, esta empresa se usó para financiar al Partido Obrero, ya que se comprobaron aportes electorales por $18 millones y además la contratación de la empresa de publicidad Makosen SRL para que haga trabajos de campaña para ese espacio político. Es decir, la plata del Potenciar Trabajo, que se debía destinar a los beneficiarios del programa, fue a parar al financiamiento de las actividades partidarias de la organización. “Lo público se confundió con lo privado”, fue una de las frases más salientes de la resolución de Casanello.
“En el expediente n° EX-2021-34221179 se presentaron dos facturas emitidas el 10/2/2022 por la misma cantidad de “kit de seguridad de ropa de trabajo”, pero en ellas se consignó un valor absurdamente distinto: en un caso, $250.000 y, en el otro, $500.000. De igual manera, siete días después, el 17/2/2022, la empresa emitió una nueva factura por la venta del mismo producto en idéntica cantidad (presentada en el marco del expediente n° EX-2021-35182917), en la que otra vez se modificó el valor de la operación: en esta oportunidad fue de $300.000. Como se ve, en ninguno de los tres casos se “vendió” el kit referido por el mismo monto”, aseguró otro tramo del procesamiento.
A lo largo de la investigación, la Justicia halló las siguientes anomalías sobre Rumbos:
- Gran variedad de conceptos facturados, algunos sin corresponder con la actividad declarada por la empresa, y su inclusión indistinta en diversos rubros dentro de un mismo convenio
- La emisión de muchas facturas en los mismos días y por montos idénticos, aunque se tratase de productos distintos
- El empleo de conceptos amplios e indeterminados, sin precisar el tipo de bien o la cantidad de unidades adquiridas
- Su asociación a supuestas entregas de mercadería o pagos realizados con meses de anterioridad
- Colocación de los números de expedientes a los que se quería vincular las facturas con sellos y, en algún caso, tachaduras.
El desvío de dinero del Polo Obrero a un conjunto de empresas acusadas de hacer facturas truchas
La Justicia plasmó en el procesamiento que el Polo Obrero desvió más de $40 millones a un grupo de empresas que en algunos casos después de cobrar el dinero le hacían cheques a Rumbos.
Así es como la Asociación Civil Polo Obrero presentó rendiciones ante la excartera de Desarrollo Social por unos $10.000.000 con facturas realizadas por dos firmas que luego hicieron cheques en favor de Rumbos, lo que podría configurar un autofinanciamiento con dinero del Estado. Estas compañías son Urban Graphics S.A. y Rico Print.
TN pudo saber que después de cobrar el dinero del PO, Urban Graphics emitió un cheque en favor de la imprenta Rumbos por $1.800.000. En tanto que Rico Print hizo lo propio por otros $269 mil. Se trata de dos datos llamativos si se tiene en cuenta que la Justicia ya tiene probado que Rumbos hizo aportes electores al Partido Obrero, que compite dentro del Frente de Izquierda.
La historia de empresas con facturación sospechosa continúa. El juez Casanello detectó que el Polo Obrero le compró siete computadoras y un software a una empresa llamada Miniso Trade SRL. Son varios los datos llamativos. La empresa se fundó en 2017, pero su primera factura se emitió en junio de 2022. ¿A quién? Al Polo Obrero. El detalle de la factura marca que es la 0001. El total de la compra fue por $3 millones. Ese año, el 2022, el Polo Obrero le había comprado computadoras a otra firma, que incluso se las vendía más baratas. ¿Por qué entonces decidió hacer esta compra?
La respuesta de Eduardo Bellinoni
En diálogo con TN Eduardo Belliboni dijo que cuando presentaron las facturas de Rumbos en el marco del Potenciar Trabajo la AFIP validó los comprobantes y que si hubo irregularidades en la confección de las facturas “serán las autoridades de Rumbos las que deberán dar explicacioens ante la Justicia”.
Además aseguró que en la causa la empresa negó ser apócrifa a través de un escrito en el que detalló todos su historial de trabajo. “La editorial acredita una larga trayectoria en el ámbito editorial, que data de más de 40 años”, afirma el documento.
“La AFIP certificó las facturas, ahora dice que es trucha, pero en ese momento, no”, sentenció Belliboni, que fue procesado en el caso.
Fuente: TN