El estudio de la Universidad Popular del movimiento Barrios de Pie muestra que el 48,6% de los chicos tienen sobrepeso, obesidad o baja estatura. El 40% dejó de ingerir una de las cuatro comidas diarias.
La situación nutricional entre los niños, niñas y jóvenes que viven en los barrios populares del país es cada vez más grave. Un estudio médico realizado por los profesionales de la Universidad Popular del movimiento Barrios de Pie (una de las organizaciones sociales oficialistas), refleja que la “malnutrición global” es del 48,6%; un 4,5% más alto que en 2019.
Las alteraciones más frecuentes fueron el sobrepeso, detectado en el 20,9% de los casos; y la obesidad, en el 24,5%. El déficit de peso en cambio se ubica en un 3,2% global. Por otro lado, la baja talla, que suele ser producida por desnutrición crónica, alcanza el 6,7%, con un fuerte predominio en menores de 2 años (20,2%) y niños y niñas de 2 a 6 años (8,9%).
El estudio estuvo a cargo del doctor Marcos Caviglia, especialista en medicina general y familiar, y se realizó entre 38.622 niños, niñas y adolescentes de barrios populares que asisten a espacios comunitarios en 16 provincias del país.
Al mismo tiempo, el estudio, al que accedió Infobae de manera exclusiva, destaca que “la franja etaria con mayor índice de malnutrición es entre los 6 y los 10 años, que alcanza un 53,0% con obesidad tocando un pico de 29,9%, prácticamente 3 de cada 10 niños y niñas”.
El médico Caviglia le recordó a este medio: “Si comparamos con los resultados anteriores, la última vez que se realizó este estudio fue en 2019, previo a la pandemia. En esa ocasión se detectó una malnutrición global del 44,1%, con un sobrepeso de 22,5% y obesidad del 19,6%. Se evidencia así un aumento marcado de la malnutrición con respecto a los datos previos a la pandemia”.
Por su parte, la secretaria adjunta de la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y dirigente de Barrios de Pie, Norma Morales, indicó: “Uno de cada dos chicos de nuestros barrios tiene una pésima alimentación”. Asimismo, le pidió al ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Victoria Tolosa Paz, que “entregue los bolsones alimentarios que corresponden y que dentro de los mismos no haya miserias”. “Que agregue alimentos proteicos para que nuestros chicos se alimenten con la misma dignidad que el hijo de cualquier funcionario. Esta es una responsabilidad y obligación del Gobierno nacional”, insistió.
En esa dirección, el trabajo redactado por Caviglia afirma: “Los altos índices de malnutrición tienen relación directa con el tipo de alimentación de las familias de los barrios vulnerables, altas en hidratos de carbono complejos y grasas saturadas y baja en frutas, verduras y carnes magras”.
En este punto se argumenta: “Debido al aumento indiscriminado de precios en alimentos la mayoría de las familias redujo el consumo de nutrientes esenciales. Además, se detectaron altas tasas de inseguridad alimentaria, llegando casi a 1 de cada 4 familias en las que algún menor dejó de realizar alguna comida por falta de recursos”. El mismo documento destaca que “también se evidencia el efecto protector de la Prestación Alimentar, política que solo alcanza a niños y niñas de hasta 14 años, dejando afuera la franja de adolescentes y jóvenes donde mayores son los índices de pobreza”.