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sábado, junio 10, 2023

Anteojos de sol: cuáles son los recomendados y cómo cuidar la vista en verano

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Anteojos de sol: cuáles son los recomendados y cómo cuidar la vista en verano.

La radiación ultravioleta del sol ocasiona daño en la piel si la exposición es en horarios no recomendados, muy prolongada y sin la debida protección. Lo mismo ocurre en la superficie ocular, en la que el efecto de la radiación suele traducirse en lagrimeo, ojos rojos, sensación de arenilla y visión borrosa.

Por esa razón, a los cuidados que la mayoría de las personas ya incorporaron a sus rutinas en vacaciones, que incluyen aplicarse el protector solar y renovarlo cada dos horas o luego de pasar mucho tiempo en el agua, usar ropa clara y sombrero, los especialistas en oftalmología recomiendan sumar otros, con el objetivo de cuidar la vista.

Es que, según comenzó a explicar ante la consulta de Infobae la médica oftalmóloga Betty G. Arteaga (MN 112149 – MP 332301), “los rayos ultravioletas (UVA y UVB) son altamente dañinos para la vista, en tanto otra zona comúnmente olvidada es la piel de los párpados, localización frecuente del cáncer de piel”.

“Es por ello que es importante protegerse, ya que al igual que la piel, los ojos también tienen memoria si fueron expuestos excesivamente a los rayos UV”, enfatizó la especialista del Servicio de Oftalmología del Hospital Italiano de Buenos Aires.

A su turno, la médica oftalmóloga Irene Copati (MN 113.365) explicó que “los rayos solares pueden producir daño en distintas partes del ojo: opacar el cristalino y generar cataratas, o provocar degeneración macular y maculopatía solar, que suelen ser irreversibles y producen disminución de la visión permanente, o incluso melanoma ocular y tumores en la piel de los párpados”.

La especialista del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Austral señaló que “hay dos problemas bastante frecuentes”. Por un lado, “el pterigion, un crecimiento de la conjuntiva que va avanzando sobre la córnea y suele ser muy sintomático, al provocar ojo rojo y lagrimeo. Por otro, la pinguécula, que también es un crecimiento de la conjuntiva al lado de la córnea -precisó-. Otro inconveniente es la queratitis provocada por fototraumatismo, es decir una lastimadura de la superficie de la córnea por el reflejo de los rayos solares en la nieve, la arena y el agua o por el uso de lámparas con radiación UV. Es muy dolorosa, y suele presentar visión borrosa, lagrimeo y ojo muy rojo”.

Y tras asegurar que “existen personas con mayor riesgo de sufrir daño ocular debido a la exposición a radiación ultravioleta, como los pacientes operados de cataratas y que tienen una lente intraocular sin filtro UV”, Copati resaltó que “también las personas que pasan mucho tiempo al sol, como los trabajadores rurales y jardineros, o quienes realizan actividad física al aire libre, al igual que las personas con ojos claros y los niños deben extremar los cuidados”.

En ese sentido, la oftalmóloga del Hospital Universitario Austral -al igual que lo hacen sus colegas dermatólogos- sugirió reducir el tiempo de exposición solar, en particular entre las 11 y las 16, cuando los rayos inciden de manera más intensa, “además de nunca mirar directamente al sol”.

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